Mujeres y Lobos

 


La tristeza

 


Una mujer estaba tan desconsolada tras la muerte de su único hijo que decidió consultar a un sabio en busca de solución a su dolor. "¿Tiene usted algún sortilegio o remedio para traer de nuevo a mi hijo a la vida y acabar con esta tristeza que me consume?", le preguntó la madre.

Tras meditarlo unos instantes, el sabio le dijo: "Tráigame un grano de mostaza de una casa donde nunca hayan conocido la tristeza. Lo utilizaremos para devolverle la alegría de vivir".

La mujer partió sin perder ni un segundo en busca de ese remedio mágico y la primera casa que visitó era una rica mansión, en un barrio residencial. Cuando preguntó a sus moradores si en ese hogar no habían conocido la tristeza, le respondieron: "¡Ha llegado usted al lugar equivocado!". Y empezaron a relatarle todas las tragedias familiares de los últimos tiempos. Así, pues, decidió quedarse para consolarlos.

Comenzó luego un largo periplo que le llevó por numerosos lugares pero en todos, ya fuesen palacios o chozas, siempre encontró historias dolorosas. Aquí y allá, tuvo que reconfortar a gentes muy diversas y, con ello, poco a poco fue olvidándose de su pena, de tal manera que, casi sin darse cuenta, ayudando a los demás había expulsado la tristeza de su corazón. 


Las palabras van al corazón

 "Las palabras van al corazón cuando han salido del corazón". Ranbindranath Tagore



Juzgar sin conocer

 


El príncipe y la semilla

 


Un joven príncipe del norte de China estaba a punto de convertirse en emperador pero, de acuerdo con la ley, para conseguirlo tenía que casarse antes. Por ello, decidió someter a una prueba a las jóvenes de su corte para elegir a la esposa adecuada. Una anciana que trabajaba como criada en palacio pensó en su hija al enterarse de esta noticia. La muchacha sentía un profundo amor por el príncipe y, aunque sabía que no tenía nada que hacer frente a otras jóvenes más guapas y ricas, ella tenía suficiente con poder estar cerca del hombre por el que lo daría todo.

Llegado el momento, el príncipe anunció cuál era la prueba que deberían superar las aspirantes a emperatriz: "Daré a cada una de vosotras una semilla; la que traiga la flor más bella dentro de seis meses se convertirá en mi esposa".

El tiempo pasó rápidamente y todas las candidatas se presentaron con flores bellísimas y de las especies más variadas, en cambio, en la maceta de la humilde muchacha no había crecido ni una triste planta. Sin embargo el príncipe, para sorpresa de todos, la escogió a ella dando esta explicación: "Esta joven es la única que cultivó la flor que la hará emperatriz; la de la honestidad. Todas las semillas que entregué eran estériles".


Vivir en las nubes

 "Lo malo no es vivir en las nubes, sino bajar".



Huellas, nunca cicatrices

 


El burrito descontento

 


Había una vez un burrito descontento. Era pleno invierno y los días de frío y lluvia le obligaban a permanecer encerrado en el establo. Además, la paja seca e insípida tampoco era de su agrado, y solo deseaba que llegase pronto la primavera para comer la fresca hierba del prado.

Llegó, por fin, la esperada primavera, aunque apenas pudo saborear la hierba porque su dueño empezó a segar todo el prado para alimentar al resto de sus animales. Y al burrito le tocó cargarla sobre su lomo, por lo que ya estaba harto de trabajar tanto y solo quería que llegase el verano.

Poco tardó en sentir sobre su piel los rayos cálidos del estío, pero entonces tuvo que transportar las mieses y los frutos de la cosecha. Y sudó y se agotó de tal manera que contaba los días que quedaban para el otoño. Empezaron a caer las hojas y al burrito le seguía esperando un duro trabajo: era época de vendimiar y de recoger otros frutos del campo, por lo que las jornadas duraban de sol a sol. Por eso, cuando el invierno hizo acto de presencia, descubrió que era la mejor época del año: no debía trabajar y descansaba y comía a placer. Y, recordando lo tonto que había sido, se dio cuenta de que para ser feliz solo hay que conformarse con lo que uno tiene.


La palabra

 "La palabra es mitad de quien habla y mitad de quien escucha". 

Montaigne



Lado bonito de las cosas


 

El desaliento

 


Corrió la noticia de que el diablo estaba liquidando sus herramientas de trabajo porque preparaba su retiro para dejar paso a las nuevas generaciones. Así, llegado el día de la venta, en el suelo de su caverna estaban desplegados todos sus utensilios: el odio, los celos, la envidia, la malicia, el engaño, y muchas otras armas para hacer el mal.

En un rincón, apartada de las demás, se encontraba una herramienta bastante más gastada que el resto. Pese a ello, llamó poderosamente la atención de todos los presentes, pero su precio era tan elevado que nadie pudo pagarlo. Extrañados de ello, le preguntaron al diablo cuál era el nombre de ese lujoso objeto y el porqué de su desorbitado coste.

Entonces, el diablo les respondió: "Esto que deseáis se llama desaliento y es tan caro porque es la herramienta más útil de todas con las que trabajo: cuando las demás fallan, con ésta puedo doblegar las conciencias más firmes y, entonces, hacer con ellas lo que me place. Muy pocos saben que poseo esta arma y por eso puedo controlaros".
Si buen hay muchas razones para caer en el desaliento (el trabajo, la familia, los amigos...), mantente siempre firme y persiste en el esfuerzo para superarlo.


Que tu mujer te escuche

 "Si quieres que tu mujer te escuche, habla a otra mujer, será todo oídos". Sigmund Freud