Olvidar y Recordar

 


El zar y la camisa

 


El zar se encontraba enfermo y, preocupado por los malos pronósticos que le habían dado, reunió a sus súbditos y les dijo: "Daré la mitad de mi reino a quien me cure". Los sabios de la corte se reunieron a deliberar, pero por más vueltas que le dieron no encontraban la solución. De repente, uno de ellos se levantó y les propuso lo siguiente: "Si encontramos a un hombre feliz, que le compren la camisa y que el zar se la ponga. Eso le curará". Enseguida salieron de palacio emisarios en busca de ese hombre feliz, aunque no aparecía. Unos eran ricos pero estaban enfermos; otros gozaban de una salud de hierro, pero eran pobres como las ratas; también los había que, ricos y sanos, se quejaban de su mujer o de su hijo...

Una tarde que el hijo del zar había salido a cazar con unos amigos, pasó por delante de una humilde cabaña y escuchó lo siguiente: "Hoy he trabajado y he comido bien. Me puedo ir a la cama satisfecho y feliz". Al momento, quiso conocer a ese hombre y comprarle la camisa, pero resultó ser tan pobre que ni camisa tenía. Esto nos debería hace reflexionar que la felicidad no está en las riquezas materiales ni en desear lo que no tenemos, sino en agradecer cada día lo que la vida nos ofrece, aunque pueda parecer insignificante.


Vela por tus pensamientos y palabras

 "Vela por tus pensamientos cuando estés solo y por tus palabras cuando estés con los demás".  Epícteto



Nunca dejes de bailar

 


Cómo arreglar el mundo

 


Un científico se pasaba las horas encerrado en su estudio, preocupado en resolver los problemas del mundo. Un día, irrumpió su hijo, de 6 años, con la intención de ayudar a papá en su trabajo. Tras intentar, sin resultado, que el pequeño volviese a su cuarto para entretenerse con sus juguetes, el científico pensó una estrategia para tenerlo distraído un largo rato. Así, arrancó un mapamundi de una revista y lo cortó en muchos trozos con unas tijeras. Después se los entregó, junto con un rollo de cinta adhesiva, diciéndole: "¿Te gustan los rompecabezas? Te daré el mundo para que lo arregles. ¡Está roto! A ver si puedes recomponerlo".

El científico creyó que tendría entretenido a su hijo toda la tarde, pero cuál fue su sorpresa cuando, un poco más de una hora, el niño ya había resuelto el reto a la perfección. "Tú no habías visto jamás este mapa, hijo mío. Así pues, ¿cómo lograste colocar todas las piezas en su sitio?", le preguntó sin salir del asombro. "Es verdad, papá, pero cuando arrancaste la hoja de la revista vi que por la otra cara había un hombre, que sí sé cómo es. Así, encajé las piezas y, al girar la hoja, había arreglado el mundo". Y es que la solución a todos los problemas del mundo está en el hombre.000


Celebridad

 "Una celebridad es una persona que trabaja toda su vida para ser conocida, entonces se pone gafas oscuras para evitar ser reconocida". 

Fred Allen



No tener enemigos

 


El punto negro

 


Un día la maestra entró en el aula y les dijo a sus alumnos que iban a hacer un examen sorpresa. Pese al nerviosismo que cundió entre los muchachos, fue repartiendo una hoja a cada uno con la parte frontal hacia abajo. Cuando terminó, la profesora les permitió girar el folio y vieron que era una superficie completamente en blanco, a excepción de un punto negro en el centro.

Viendo las caras de extrañeza de los alumnos, la maestra les dijo: "Tenéis que escribir una redacción sobre lo que veis en este papel". Cuando hubieron terminado, se puso a revisar los textos y todos, sin excepción, hablaban del pinto negro de diferentes maneras.

Cuando acabó de leerlos, se dirigió a los niños con estas palabras: "Mi pretensión es que este examen sea para todos una lección de vida. Ninguno de vosotros ha hablado de la parte blanca del folio, que es la que ocupa mayor espacio, sino que os habéis centrado en el punto negro. Eso mismo es lo que nos pasa cada día: solemos fijarnos en los minúsculos pintos negros y no vemos todo lo demás, que es blanco. La vida está llena de amor, amistad y cosas maravillosas. Hay motivos para ser feliz, no os obsesionéis con las desgracias y fracasos".


Gordura y personalidad

 "La única razón por la que estoy gordo es porque este pequeño cuerpo no puede aguantar tal personalidad".



No te enamores

 


La llama interior

 


Había una vez un rey de la India espectacularmente rico, que, pese a ello, se mostraba indiferente a cualquier bien material por más precioso que éste fuera y solo se preocupaba de cultivar una profunda religiosidad.

Lleno de curiosidad ante este hecho, uno de sus súbditos quiso averiguar cuál era el secreto de aquel hombre que, a diferencia de la mayoría de nobles y cortesanos, no se dejaba deslumbrar por el oro, las joyas y los lujosos objetos que le rodeaban. Tras lograr que el monarca le recibiese en audiencia privada, el hombre le preguntó: "¿Cómo hace usted, señor, para vivir volcado en la espiritualidad en medio de tanta riqueza?".

El rey le dijo: "Responderé a lo que me preguntas si recorres mi palacio con una vela encendida. Vigila que no se apague. Si lo hace, te decapitaré". Cuando el súbdito concluyó el reto, el rey le preguntó: "Y, ahora que has podido ver todas mis riquezas con tus propios ojos, ¿qué opinas de ellas?". El hombre, aún tenso tras la estresante prueba a la que había sido sometido, respondió: "No vi nada, pues solo estaba atento a que la llama no se apagase". Y el monarca sentenció: "Ese es mi secreto. Estoy tan ocupado en avivar la llama de mi espiritualidad que las riquezas del mundo no me interesan nada".


Lunes y viernes

 "Si no fuera por los lunes no nos gustarían tanto los viernes".